Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

6/12/08

Bus a la esperanza

Tan escaso y vacio,
Tan fugaz y abandonado,
Con tu nombre a cuestas, con un rio de historias,
Con los sueños que estuvieron a bordo,
Con arrullos para soñar y subir al cielo,
Los llevaste a su destino, hiciste de anhelos pedacitos,
Alguna vez murmuraste, y hoy tus gritos son desesperados,
Suenan a auxilio a socorro.
No terminaste con la mayoría,
Revuelto y siendo uno en otro,
Porque serás uno siempre.
Y ahora estas hay enterrado,
en ese amplio valle, acompañando a las bestias,
Al frio, al viento.
Aun conservas mil historias,
Mil secretos que ocultar,
Hoy que tus ventanas se han roto,
y que tu hermoso palacio se ha disuelto,
Hoy que la lluvia te moja, lavando las heridas,
Hoy que el tiempo es notorio, y te sientes inútil
Hoy te ves fuerte, más que nadie,
Hoy tu nombre me sabe a sueños, a un poco mas,
A sal y azúcar,
A tristeza y al olvido que te recordará por siempre.

© Angélica Muñoz Coderque.