Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

19/8/13

Odio

Odio la forma en la que se pone en off mi cabeza,  y lo irracionales que pueden llegar a ser mis palabras, el inconsciente mandando cuando el licor a hecho estragos; odio cuando odio, odio odiar por instantes y a pesar de que eso diga mi mirada, saber muy adentro que así no es. Odio el daño y los recuerdos, odio las palabras claves, odio ser predecible y automática a la vez.Irónico, estúpido, triste es ver que puede alguna forma de mi contagiar así; que no sea viral, ni tampoco un secreto, pero que si llegue algún día el momento de dejar el pasado por ahí.

18/8/13

Un poco de fiebre para variar

Reconozco esa sensación, veo como mis pies se van arrastrando y descubriendo buscando el lugar frío entre sabanas; el calor hace recorridos inestables por el cuerpo... las preocupaciones, los miedos, la rabia, los recuerdos... saben como vengarse sin permitir dejar atrás, sin permitir un descanso, sin permitir. Pequeñas lagunas se van viendo en el cuerpo, un va y ven repetitivo en la mayoría de las circunstancias; compromiso, compromiso, compromiso. Obligación, obligación, obligación. Que al final y en paz el alma y el cuerpo, con un día de buena suerte se puede convertir en dejarlo ir, dejarlo pasar, dejarte llevar.