Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

27/6/13

Pan mojado

Sinceramente has sobre expuesto mi alma, has apago la llama y has encendido fuego a tu paso; tu puedes cada que quieres desafiar la gravedad sobre mi cuerpo.

Tu y tú capacidad de hacer ruido en mi cabeza, de ensordecer mis oídos, de volver agrias mis palabras; haces sobresalir mis defectos. Que mis palabras no sean muy sanas; es tuya la capacidad de rebobinar mis ganas, de humedecer  lo que ya seco estaba. ¿Qué es del frío sin tener tus pies helados a mi lado?.

Como sal para el chocolate, puedes tu fundirte en mi, puedo percibir como vas inundando. Por ti, pan mojado. Por ti, chillido de metal. Por ti, las alturas. Por ti, ollas sucias. Por ti, paisaje en el techo. Por ti, noches en vela. Por ti, disimulos. Por ti, recuerdos amargos.

Por ti, por el momento y el sismo en el que me tienes todo el tiempo; suenas repetidamente en mi cabeza aún sin conocer mi estrofa preferida. Eres tu el son y la tambora, el ruido en mis silencios. Mi químico preferido, el ingrediente pi de la formula maestra.