Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

5/12/17

La sustancia

Una sustancia incolora,
llena y vacía.
Una en silencio.
En silencio gota salada.

Sustancia espesa a la espera.
Sin cuerpo, color o forma.
Un patrón.
Sístole y diástole.

Vuela, se ahoga y respira.
Ama, llora y observa mientras cae.

Acurrucada se acomoda,
mientras desaparece.
Vuelve a ser nada,
queriendo ser.

Una sustancia absoluta,
quebrada.
Llena.
Nada.

18/8/17

Ceguera por vos

Conservo una pena
tan agobiante
tan hundida de amargura
y de cuerpos de otros.
Murmullos de tiempo
y figuras vacías
de sabanas de seda
y de noches frías.

Conservo una pena
tan desbordada
que logra desvanecerme
como un ente,
sin colores,
sustancias
y medidas.
Por miedos,
por fracasos
y en silencio.

Sin ansias de nada
me adhiero a tus promesas
que entorpecen y me apuran  
con el anhelo de vos.

Estoy temblando de duda
de confusiones y penas
de suspiros y de la
decepción.

Mis silencios atormentan,
atormentan como quimeras
con sus angustias revoltosas
su ausencia de calor.
Yo les tengo cierta resistencia
tras mi brío
porque quiero lentamente embriagarme  
por desprecios de vos.

Pero el silencio por vos
mira a otra parte
con sus ojos en penuria
que ahora no distinguen
como empañados
que buscan una luz
buscan y buscan
y ahogan la mirada.

Los días se van
solo queda noche
tus manos se van
no logro atarlas.

Ya mi silencio por vos
desborda mis ojos
y es una pena tan agobiante
mi ceguera por vos.

7/3/17

Siendo dolor

Todo empieza como una palabra, un susurro, un hola puede llegar destrozarte el alma. ¿Sabes?, yo apoyaba los pies en el suelo, duraba horas poniéndome una prenda sobre otra, disfrazándome. Caminaba horas dando recorridos en mi cabeza, buscando una forma cualquiera de llegar a ti. Dibuje tu rostro perfecto, un holograma tuyo se construía en mi cabeza. Cuando me hundí en ti por primera vez, toda tu piel me absorbió en cámara lenta, no me di cuenta en que momento estaba ahí, bajo tu misma piel, en tus dolores, en tus secretos, era cordura dentro de ti haciendo daños en mi cabeza. Cree una silueta de humo inspirada en ti que jugaba entre mis dedos. Una figura que desapareció como humo y que no pude agarrar. Con las manos vacías, la piel se empezó a podrir, a derretir, el centro de mi cuerpo se abrió y paredes afiladas se acercaron tanto que hicieron agujeros profundos por todo mi cuerpo. Me desangré gota a gota hasta que la última gota de mi calló dejando de ser un dolor en el cuerpo y convirtiéndose en dolor al abrir los ojos, siendo dolor en el aire, en el café, en las noches, en los días, en las voces, en los pies, en el asfalto, siendo dolor yo y siendo dolor en todo.