Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

7/2/11

¿Es un exceso?

De breves momentos fui guardando la gracia de su cabello,
el matiz de su cuerpo, su esencia secreta,
¿es un exceso el delinearla con mis dedos aún si no esta?
¿es un exceso delirar con su silueta?
hecho una ojeada al camino y aún creo que lo andado no estuvo del todo mal,
hubo lagrimas que se hundieron , nombres desdeñados, disfraces, vicios, dolor...
no es en vano jugar a las escondidas y temer tropezar con el dolor,
no es correcto juzgar el miedo, ni resignarse o contenerse, el dolor siempre va a estar...
¡es verdad!, nunca fui buena para planear.

¿Es un exceso imaginar que me besa?
¿es un exceso recordar sus sellos y lunares como si se esbozaran en mi tez?
no he trazado la línea que indica hasta donde se quiere y en donde se empieza amar,
o por instantes lo evado sintiéndome a su lado,
no tengo claras las reglas del juego, y no pretendo jugar,
¿es un exceso querer extraviarme en su ser?
hundirme en su pecho y que todo baile con el retumbo del corazón,
dibujar su aire en mi almohada, o cerrar los sentidos al buscar en algún recuerdo sus labios al decir con recelo la palabra amar...

Siempre olvido las reglas, las palabras, las fechas,
ahora empiezo a recordar, ahora atesoro sus memorias,
guardo su sabor, el extraviado color de sus ojos,
sus manos, sus abismos, sus no...
¿es un exceso preguntar? ¿es un exceso decir que le quiero amar?.