Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

21/10/19


Yo, mis depresiones, mi ansiedad, mi suerte, mi soledad. Trato de irme abajo, de llevarme al fondo, de viajar muy lejos. Poniéndome al lado incorrecto de las cosas. Ahí están de nuevo mis miedos dando vueltas en mi cabeza; ahí estoy yo también halándome al lado positivo de la historia. Es una pelea de dos incoherentes que nunca logran ponerse de acuerdo.

Y ahora mis ojos están diciendo más que mis palabras y mis pulmones empiezan a pasar algo más que humo en cada bocanada. Al borde del abismo con cada paso de baile y odiando todo lo que un día amé. Marcando una retirada segura.

He descubierto que tengo una buena habilidad, he conseguido cambiar los recuerdos a mi antojo, he conseguido volverme tan buena actriz que logro engañarme; lo que veo en mi reflejo, no se parece a nada que haya existido en el pasado, he logrado un camuflaje con el que logro pasar desapercibida hasta para mi. 

Esta no es una declaración triste, mucho menos tiene tonos de felicidad. Más bien se trata de una construcción en el centro de la balanza, una donde los insultos o halagos no son capaces de llegar. Es una declaración de independencia, de ruptura y de tranquilidad en donde me he encontrado completa en soledad. 

8/3/19

La demora

Iba tarde. Prefería mirar al frente y teniéndote a mi lado, nunca te vi. 
Me demoré y mientras mis lagrimas eran ajenas, tu limpiabas del suelo mi llanto, sostenías mi mano y evitabas mis caídas aunque yo replicaba que estaba sola y que conocía el fondo. 

Impuntual, corría para llegar algún lugar, tú me tomabas entre los brazos y suplicabas por un poco de mi. Curabas mis heridas, disimulabas las tuyas. 

Ciega y completamente llena de arrogancia quemé todos los caminos y aunque tu mano siempre estuvo sobre mi hombro, nunca te vi. 

Ebria de resentimiento, señalando a la multitud, juez y verdugo pero ciertamente culpable. Perdida y llena de angustia sin saber que ese instante a tu lado era todo lo que necesitaba. 

Yo llorando, tú riendo. Yo gritando, tú en silencio. Yo amando, tú sufriendo. Yo yendo tarde, tú siempre yendo a tiempo. 

4/1/19

Mitómanos



Corremos como gacelas, dando zancadas por los aires, arrasando del suelo las huellas, perdiendo todos los sentidos. Vamos a toda prisa sin ser alcanzados y sin alcanzar a nadie, dando círculos en nuestro propio eje; remolinos de polvo, fouetté en tournant... descontrolándonos sin dejar de planear cada paso. 

Gritamos ¡No me dejes por favor! Aferrados a la soledad y tan llenos de todo pero hundidos en la melancolía. Cabalgando nuevas tierras, estrenando camuflajes cada fin de año pero acurrucados en la noche cuando nadie nos ve. Con la equivocación en las manos y exclamando ¡Esta vez acerté! Como niños que no saben perder. Fingiendo que la vida sigue aunque las motivaciones cambien cómo cambia la iglesia católica de posición. Buscando un oficio estable para olvidar las penas sin siquiera mantener el equilibrio cuando estamos en píe. Andando calle arriba y calle abajo buscando una ubicación que sabemos es inexistente. Escupiendo al cielo y maldiciendo al pasado que una vez dijimos era para siempre. 

5/12/17

La sustancia

Una sustancia incolora,
llena y vacía.
Una en silencio.
En silencio gota salada.

Sustancia espesa a la espera.
Sin cuerpo, color o forma.
Un patrón.
Sístole y diástole.

Vuela, se ahoga y respira.
Ama, llora y observa mientras cae.

Acurrucada se acomoda,
mientras desaparece.
Vuelve a ser nada,
queriendo ser.

Una sustancia absoluta,
quebrada.
Llena.
Nada.

18/8/17

Ceguera por vos

Conservo una pena
tan agobiante
tan hundida de amargura
y de cuerpos de otros.
Murmullos de tiempo
y figuras vacías
de sabanas de seda
y de noches frías.

Conservo una pena
tan desbordada
que logra desvanecerme
como un ente,
sin colores,
sustancias
y medidas.
Por miedos,
por fracasos
y en silencio.

Sin ansias de nada
me adhiero a tus promesas
que entorpecen y me apuran  
con el anhelo de vos.

Estoy temblando de duda
de confusiones y penas
de suspiros y de la
decepción.

Mis silencios atormentan,
atormentan como quimeras
con sus angustias revoltosas
su ausencia de calor.
Yo les tengo cierta resistencia
tras mi brío
porque quiero lentamente embriagarme  
por desprecios de vos.

Pero el silencio por vos
mira a otra parte
con sus ojos en penuria
que ahora no distinguen
como empañados
que buscan una luz
buscan y buscan
y ahogan la mirada.

Los días se van
solo queda noche
tus manos se van
no logro atarlas.

Ya mi silencio por vos
desborda mis ojos
y es una pena tan agobiante
mi ceguera por vos.

7/3/17

Siendo dolor

Todo empieza como una palabra, un susurro, un hola puede llegar destrozarte el alma. ¿Sabes?, yo apoyaba los pies en el suelo, duraba horas poniéndome una prenda sobre otra, disfrazándome. Caminaba horas dando recorridos en mi cabeza, buscando una forma cualquiera de llegar a ti. Dibuje tu rostro perfecto, un holograma tuyo se construía en mi cabeza. Cuando me hundí en ti por primera vez, toda tu piel me absorbió en cámara lenta, no me di cuenta en que momento estaba ahí, bajo tu misma piel, en tus dolores, en tus secretos, era cordura dentro de ti haciendo daños en mi cabeza. Cree una silueta de humo inspirada en ti que jugaba entre mis dedos. Una figura que desapareció como humo y que no pude agarrar. Con las manos vacías, la piel se empezó a podrir, a derretir, el centro de mi cuerpo se abrió y paredes afiladas se acercaron tanto que hicieron agujeros profundos por todo mi cuerpo. Me desangré gota a gota hasta que la última gota de mi calló dejando de ser un dolor en el cuerpo y convirtiéndose en dolor al abrir los ojos, siendo dolor en el aire, en el café, en las noches, en los días, en las voces, en los pies, en el asfalto, siendo dolor yo y siendo dolor en todo. 

13/11/15

Una herida que no seca, que no cierra y que huele a dolor se abre paso por el cuerpo. Los poros de la piel, quebrados, a pedazos van cayendo como arcilla seca, se van las alegrías como boronas en sus manos, se deslizan las ilusiones, se escapa la fe. Una niña con falda a los talones grita con los labios sellados, diminuta y con los ojos secos busca ciega una salida, manos gigantes la retienen, atan sus pies, secuestran su alma y la ahogan en silencio. 

1/3/14

Un café en invierno

Todos los meses parecen ser invierno en esta ciudad, pero hace unos años cuando parecía nevar por primera vez los niños eran golpeados por el granizo enfurecido mientras intentaban copiar tradiciones haciendo improvisados ángeles negros por el cemento. Vestidos de pies a cabeza con pesados abrigos la gente solo dejaba sus ojos descubiertos al caminar en las heladas noches; el olor era nauseabundo, los buses, los restaurantes, los pasajes convertidos en escampadero publico; uno a uno llegaban y se iban, expidiendo un olor a animal salvaje y mojado. Quede atrapado en uno de esos pasajes, disminuido a menos de la mitad de mi tamaño por la multitud que cada segundo parecía aumentar al doble, la brusca fricción de los cuerpos por momentos me dejaba sin aliento, había un escalofriante contraste entre los pies empapados con agua helada y el sofoco que producía llevar kilos de gruesos abrigos. Una muchedumbre intentaba entrar, empujando y relinchando como caballos salvajes, dejando en claro que cualquier sinónimo de humanidad desaparecía al sentir que eran tocados por el agua. Los aullidos y peleas eran una constante, y esa vez no se hicieron esperar, empujones, forcejeos, insultos y disputas se confundían unos con otros; Dos hombres entrados en edad discutían bajo la escalera del pasaje libertador, sujetaban sus miradas con tanta furia que parecía que una pelea monumental no demoraba en llegar, y habría ocurrido a no ser por un patrullero recién salido de la pubertad empapado de pies a cabeza. Pasaron unos buenos minutos y el clima cedió un poco,  debió ser así porque el aire volvió a mi cuerpo y pude sentir de nuevo mis piernas, en cuestión de minutos solo quedamos en el lugar algunas personas, ahí pude sentir que unos ojos me miraban persistentes, escudriñándome poco a poco al tiempo en que me retorcían las entrañas. Tenía miedo, tenía tanto miedo que no pude resistir y me acerque tranquilamente hasta llegar a su lado, conversamos un poco y después de un rato salí del pasaje teniendo la certeza de que aquel dolor solo habría sido obra del frío. Ojala hubiera sido así, ojala mi rol de buen conversador y personaje desenvuelto se hubiera cumplido por lo menos esa vez, esa única vez; no estaría congelado en mi cama pensando en ella, no estaría comiendo y pensando en ella, no estaría escribiendo y pensando en ella, no estaría tratando de olvidar sus ojos, su piel, no la tendría calcada en mi, perturbando mi mente como ocurrió durante un tiempo. 

Sus ojos oscilaban en mi cabeza, se habían sumergido tanto en mi, me habían esculcado tanto el alma que ahora no había forma de sacarlos; su recuerdo jugaba con mi cabeza, venía con facilidad, en un instante, y se alojaban como un visitante al que no se puede despedir; en realidad no quería borrar su recuerdo, lo conservaba con la esperanza de que un día dejara de ser eso, tan solo un recuerdo. 

Cuando la vi venir hacia mi en un puente que unía el centro oscuro de la ciudad con la Bogotá turística, fue como si de repente tuviera dos pies izquierdos, mis rodillas temblaban al punto en que creí que el puente se desvanecía y caía tan profundo que ni la mano de Dios me alcanzaría; al sentir sus tibias manos por primera vez supe que era ella la cura para cualquier enfermedad, estuve completamente seguro de que ella conocía la respuesta a todas las ecuaciones, que era la salvadora personificada en una exquisita rareza; había perdido totalmente la cordura en cuanto me tocó. 

Sus labios estaban hechos pedazos, se quebrarían con el más mínimo rose, eran el durazno más dulce, eran la seda más frágil. Sus pequeños dedos se sacudían sutilmente y sin descanso, parecían dirigir una orquesta del tamaño de un fríjol, las grietas entre sus manos eran ríos de sudor, el frió tenía una reacción contraria en su cuerpo, como si el frió le causara calor. A pesar de sus pocos pasos cuando caminaba parecía flotar, ¿recuerdas qué se siente al flotar en agua salada?, ella caminaba y flotaba sobre una pequeña capa de agua salada que descansaba sobre el cemento. Sus palabras eran escasas, pero cuando hablaba un hombre que se mecía sobre su hamaca en la ciudad más lejana podría sentir como se cortaba el aire, sus palabras eran flechas imperceptibles, no había un hombre, una mujer, un anciano, un niño o cualquier ser sobre la tierra que pudiera ignorar su presencia; sus ojos hundidos en el horizonte podían ser miel espesa y al segundo siguiente podían ser la más oscura de las noches. Su piel blanca fingía ser papel mantequilla que se mimetizaba con su cuerpo, dejaba ver celosamente como fluía la sangre a través de sus venas,  haciendo que la duda sobre su existencia se diluyera como la tinta en el agua... había perdido totalmente la cordura.

Empece por recuperar el aliento, puedo jurar que parecía que fuera la primera bocanada de aire en mi vida; ella reía, reía con malicia como quien sabe que es el responsable de algún mal, y a mi no me importaba ser el motivo de su burla, su risa era tan suya, tan escasa y natural que después de un tiempo comprendería que verla sonreír no era cosa común. Recupere el tacto cuando me di cuenta que sus delgados brazos me sujetaban dulcemente, ¿y yo?... yo aprendía a caminar de nuevo. Y vaya que recupere la vista, porque pude recorrer cada detalle de su cuerpo, era una obra de arte, que hablaba, se movía y me volvía loco. Había un olor a cerezas que combinaba con el color de su abrigo que la cubría de arriba a abajo como ocultando la blancura de su piel. Pasaban los minutos y yo caminaba a su lado sin poder pronunciar palabra. 

Le escuche decir en un tono burlesco que pocos hombres sufrían de vértigo, no conocía a un hombre que se pudiera descomponer de la forma en la que yo lo había hecho por cruzar un puente de tan solo unos metros de altura. Y como una excusa perfecta tomé su comentario, y lo hice tan mio que me habría ganado un premio al mejor actor. Tomamos un café y como una ayuda del cielo, del universo o qué se yo, caía un aguacero que entre truenos y enfurecidas gotas, nos obligaban a estar ahí uno al lado del otro tomando a sorbos café. Ella bebía y miraba detenidamente las gotas de lluvia que poco a poco fueron haciendo camino hasta hacer un pequeño rió de agua lluvia en el lugar; el tiempo se detenía por segundos y se movía con tanta fluidez que me sentí navegando entre dimensiones. Hablando entre silencios supe que solo me bastaba con su presencia y una taza de café para saber que con su compañía me bastaba, que no era suficiente con tomar un café a su lado; no nos habíamos despedido y ya la quería ver de nuevo, se convertía en una necesidad para mi piel, mi heroína, el placebo. 

Caminábamos un rato cada noche, era fuerte y frágil cuando se sujetaba de mi brazo y yo hacía de su bastón, su cuerpo se cansaba con facilidad y me sorprendía al pedirme que nos sentáramos donde fuera posible, una silla en las calles desiertas, el jardín de casas antiguas, el anden mojado, una vez el balcón de un bar; se llevaba las manos congeladas a la cara y jugaba con el vapor saliendo de su boca. Tan niña, tan mujer. 

Conocí a muchos hombres y mujeres que quedaron sin palabras ante su presencia, muchos confundieron su asentó, sus ademanes y sus bromas malas con coquetería, ella lo sabía y lo disfrutaba, yo moría de celos, de miedo, podía imaginar que se iría con cualquiera; sabía que siempre habría alguien que le pudiera dar mucho más que yo, sabía que se merecía más que paseos eternos, y cursilerias que ya no se usan; cuando más lejos la sentía, cuando sentía que desaparecía de mi vida, aterrizaba mis delirios e ignoraba mis angustia hablando del futuro. 

Pasaron 2 años y su ausencia me hundía, me ahogaba cada noche debajo de mis sabanas, ¿habían cavado un pozo profundo bajo mis pies sin darme cuenta?, supliqué por unos minutos de sueño. En un océano de gente gritando se podía escuchar a mi alma desesperada pidiendo que volviera. Me dijo que no era hora, que no era el momento, tenía que vivir, le debía historias al tiempo, se debía silencio a si misma, no supo cuando perdió su soledad; no supe cuando desaparecieron sus manos de las mías. Las enfermedades volvieron, tenía grapas en el cuerpo, la comida era veneno. Las personas me producían alergia, sus preguntas la producían, me aleje. Me aleje y viajé, mis piernas temblaban de frío; pude ver centenares de veces como los insectos pasaban ante mis ojos he ignoraban por completo mi presencia, daba lastima, no fui digno ni para la cena de un insecto. Resignado fingí vivir, y fingiendo recuperé el sueño, pero solo actuaba para mi.

Me llamó un par de veces, hablamos durante horas, por momentos seguía a mi lado y en cuando colgábamos, se desvanecía mi cuerpo; no lo había perdido todo, mi amor por ella estaba intacto, la amaba diferente, la amaba con respeto, con serenidad, la amaba en su distancia, la amaba en su silencio y en su ausencia a pesar de que muchas veces sentí como su calor hacía fuego en mi cama. Por ella conocí todos mis estados, y estando en letargo volví a hundirme en sus ojos; llamó al teléfono un par de veces y cuando menos lo esperé cruzó la puerta de mi habitación.

Los objetos volaban, danzaban en el aire siguiendo la melodía que producía cada movimiento de su cuerpo, una nube de oxigeno abrió las ventanas de par en par, desapareció la gravedad, volábamos sobre la tierra. Los fragmentos que había perdido mi cuerpo, comenzaron a volver a su lugar, fui un muñeco zurcido pero que servía. veía a través de sus ojos cuando entre suspiros se recordaba al lado de soledad. Fluyendo lentamente por mi cuerpo la cordura volvía. 

Una tarde después de buscar palabras rebuscadas, y gentilismos, la veía caminar como la primera vez, recogía conchas de colores que pudieran adornar el hall, se agachaba lentamente ignorando su edad, sus pasos eran cada ves más medidos; el tiempo pasó improvisto, corrió y se detuvo constantemente, entre navidades he inviernos, entre mudanzas, y cambios de sofás. Recordé a plomo el perro que destrozo cada uno de los zapatos y como ella reía insaciablemente en el piso. Recordé el eco que abarcaba nuestro primer apartamento recién cruzamos la puerta; recordé las miles de bolsas de basura que tiramos porque no había lugar.

Con sus manos entre mis manos vi como las venas sobresalían de la piel, como algunas pecas decoraban su blancura, la capa de agua salada hacía espuma bajo mi cuerpo, flotábamos juntos. 

20/12/13

Bien, gracias.

Me contaron sobre Arturo, de su no muy importante historia, Escuche que Arturo tenía ganas de hablar un rato, pero cómo ahora es más fácil encontrar un gobernante honesto que un buen confidente, tuvo que callar por un largo tiempo, haciendo algo que es muy usual ver en la multitud; por si acaso le preguntaban "¿cómo está?", "¿cómo va?" su respuesta era casi desapercibida igual que la de todos, "bien, gracias"; ¿no es eso lo que acostumbramos decir sin escuchar bien la pregunta?.

Arturo pasó semanas enteras buscando un buen oído, uno que escuchará y si no escuchaba que al menos comprendiera, vaya misión épica porque podía notar el desespero de sus acompañantes por responder a cada oración con una pregunta, como si de una entrevista se tratara. Como si el encuestador supiera desde un principio que todas las respuestas serían arregladas. Cada pregunta llevaba a Arturo a mentir, o simplemente a complacer a sus acompañantes diciendo lo que querían escuchar, ¿qué podía hacer?, si los seres humanos son expertos en encontrar soluciones a los peores problemas con un par de copas en la cabeza. Entonces Arturo simplemente dejó de buscar, y se dedico a ignorarse a si mismo, diciendose todas las mañanas "bien, gracias", haciendo las mismas preguntas ¿qué tal tu día?... mirando el reloj; entonces no solo pasaron semanas, también pasaron meses y un par de años. Arturo seguía bien, y si de repente no lo estaba seguro era por el clima, por mucho trabajo, por el trafico, o por los niños.

Muchas excusas hacen a un hombre un gran mentiroso,  Arturo aprendía a mentir y lo hacía con fluidez, nada lo detenía hasta que empezó a desaparecer. Desaparecieron sus miedos por que ya no sé detenía si se encontraba en oscuridad. Desaparecieron sus ojos, Arturo ya no podía ver, Arturo ya no percibía. Desapareció su encanto, era solo un hombre más con traje. Desaparecieron sus pies y con ellos sus pasos, Arturo se encontraba detenido en el tiempo, sin poder mirar atrás o adelante, se estaba enterrando y el era quien sujetaba la pala. Arturo desaparecía y lo hacía lleno de fantasmas a su lado que hacían una nueva pregunta... "¿por qué?", "¿por qué desaparecemos si lo hicimos todo bien?".

Arturo pudo responder. Por primera vez pudo ser uno de los que responden y lo hacen con la lengua suelta; porque no lo hacemos realmente bien, porque simplemente lo hacemos, no lo hacemos "bien", no lo hacemos "mal", simplemente lo hacemos sin tener un verdadero por qué, porque es más fácil seguir la corriente  que nadar en contra de ella, porque es más fácil complacer  al mundo entero, que dejar al mundo entero por complacerse a si mismo, porque es más fácil intentar comprar la felicidad que alcanzarla realmente; porque es más fácil decir "bien, gracias" a preguntarse ¿por qué?.

2/9/13

Al fin hogar

Cada esquinita y cada rincón, cada lugar y cada paso andado, cada lágrima y cada sueño; tanta terquedad y necedad, tanto anhelo desecho, miedo y cobardía, cada tanto y tanto poco que empieza a ensamblarse la vida, empieza a tomar su lugar cada pieza, cada frase. Una a una van levantandose las paredes de este templo, van tomando su forma, y congelando imágenes como recuerdos. Tengo una cocina con recetas nuevas para ti; también para ser tu corresponsal y aprobar tus experimentos; tengo un armario lleno de besos y risas, un poco de tu desorden y un olor a cherry blossom and peach. Tengo un lugar pequeño donde seguro no cabrá mi amor, tengo un frío piso en donde puedes andar descalza; tengo tu rincón o si quieres puedes seguir siendo el centro, tengo un lugar en donde siempre vas a estar, un lugar solo para ti, un lugar que solo podrás llenar tú, solo tú y siempre tú.
Tengo un lugar acá preparado que me grita felicidad, que me llena... plenitud; ese lugar, ese buen lugar al que por fin podremos llamar casa... un hogar.

19/8/13

Odio

Odio la forma en la que se pone en off mi cabeza,  y lo irracionales que pueden llegar a ser mis palabras, el inconsciente mandando cuando el licor a hecho estragos; odio cuando odio, odio odiar por instantes y a pesar de que eso diga mi mirada, saber muy adentro que así no es. Odio el daño y los recuerdos, odio las palabras claves, odio ser predecible y automática a la vez.Irónico, estúpido, triste es ver que puede alguna forma de mi contagiar así; que no sea viral, ni tampoco un secreto, pero que si llegue algún día el momento de dejar el pasado por ahí.

18/8/13

Un poco de fiebre para variar

Reconozco esa sensación, veo como mis pies se van arrastrando y descubriendo buscando el lugar frío entre sabanas; el calor hace recorridos inestables por el cuerpo... las preocupaciones, los miedos, la rabia, los recuerdos... saben como vengarse sin permitir dejar atrás, sin permitir un descanso, sin permitir. Pequeñas lagunas se van viendo en el cuerpo, un va y ven repetitivo en la mayoría de las circunstancias; compromiso, compromiso, compromiso. Obligación, obligación, obligación. Que al final y en paz el alma y el cuerpo, con un día de buena suerte se puede convertir en dejarlo ir, dejarlo pasar, dejarte llevar.

27/7/13

De trampas

Asume la carga y el nivel de batería bajando de a poco hasta dejar sin fuerza sus caderas, y aunque ya asimétricos van los pensamientos mejor se le ve de lejos que cuando de cerca mucho anda mostrando.

Parpadea y también sonríe poniendo sobre la mesa las opciones más tentativas; al ver que los débiles estiran la mano rápidamente cubre sus tratos y cambia lo dulce por lo amargo.

Se ve que el mundo esta lleno de débiles y de replicas para tentarlos, de corazones fríos y de mentirosos que siempre figuran por lo alto.

Cuando no se come el cuento es que se comprende, y aún si comprende y queda con hambre, inocentes hay muchos y placebos no tantos.

12/7/13

Naipes

Un embrujo, un buen alago, una carta que llegó al destinatario equivocado; cualquiera pudo ser la razón de aquel cambio de parecer, que dejo además de la lengua seca, el vientre inflado sin una razón lógica. De lejos a pesar de los lentes rotos se veía como venía gritando de emoción, asegurando y dando por hecho compañía de por vida y quién siguiera la tradición de un apellido no muy sonoro, que con un azul nombre combinaría.

A pesar de tanto alarde y aires de amor bueno,  los castillos se derrumban y mas si son de naipes... ¡si!, los castillos se derrumban para construir mas alto y mas fuerte encima. ¡si! a veces no son tan buenas las sorpresas, a veces la felicidad se acerca al abismo mas que nada, y a veces, unas pocas veces estar al fondo del abismo es estar cerca de ser feliz... por eso son tan famosas las sorpresas. Por eso pierden admiradores los excesos de confianza y por eso andar a ciegas empieza a ser la mejor opción.

27/6/13

Pan mojado

Sinceramente has sobre expuesto mi alma, has apago la llama y has encendido fuego a tu paso; tu puedes cada que quieres desafiar la gravedad sobre mi cuerpo.

Tu y tú capacidad de hacer ruido en mi cabeza, de ensordecer mis oídos, de volver agrias mis palabras; haces sobresalir mis defectos. Que mis palabras no sean muy sanas; es tuya la capacidad de rebobinar mis ganas, de humedecer  lo que ya seco estaba. ¿Qué es del frío sin tener tus pies helados a mi lado?.

Como sal para el chocolate, puedes tu fundirte en mi, puedo percibir como vas inundando. Por ti, pan mojado. Por ti, chillido de metal. Por ti, las alturas. Por ti, ollas sucias. Por ti, paisaje en el techo. Por ti, noches en vela. Por ti, disimulos. Por ti, recuerdos amargos.

Por ti, por el momento y el sismo en el que me tienes todo el tiempo; suenas repetidamente en mi cabeza aún sin conocer mi estrofa preferida. Eres tu el son y la tambora, el ruido en mis silencios. Mi químico preferido, el ingrediente pi de la formula maestra.

23/5/13

Salomé


Me has atravesado el alma con tus miradas de cristal afilado; aún recuerdo esa tarde cuando llamaste actuando con tus palabras mal dichas, tus extranjerismos, tus disimulos. La bailarina parecía actuar para la música que venia con la noche, pudo ser real o pudo ser el ron que nublaba mis hemisferios dejando solo ver tu nombre en pantalla. Salomé ahora has llegado de la misma forma en que te fuiste, con el aliento a cenizas, la piel en explosión, y el alma envuelta en vapor.

Escribo para ti aun sabiendo que estas hecha de muchas mujeres, que has acumulado asfalto, que te has vuelto predecible. Es preciso contarte que la casa esta un poco descuidada, las paredes en pocos días quedaron hechas ruinas, pero en el piso dejaste algunas huellas de cuando te marchaste. Yo tampoco me fije bien en su cuidado a ese sitio no pienso volver, quedamos oliendo a miedo, perdimos algo de visión.

Si lo notas Salomé verás que hay una fuerza invisible que me lleva hacia el abismo, que me atrae hacia ti, al vacío de tu cintura, a tus labios tan devorables, a tu silencio voraz. Me he vuelto inmune al dolor que causaste, pero sigues siendo mi debilidad latente.

Hago parte de la multitud hechizada con tus caderas que van por ahí de lado a lado, haces parte de los murmullos, de los afilados rechazos. Te han deslumbrado con utopías, te sentiste en lo alto y ahora que lo ves, vas con los pies descalzos; hace un tiempo te habría dado mis zapatos, pero Salomé de la derrota aprendí que eres tú quien debe andar sus pasos.

Tus labios siguen siendo un tobogán sin rumbo y tus ojos un laberinto, pero ahora busco en ellos donde esta la mujer que se perdía en mi. Ya no pretendo descifrarte Salomé, eres tú la única responsable de sus actos. Me he liberado de tus cadenas, pero se siente bien cuando voy de tu lado. Ya no hay sospecha, no hay espera, no hay más camino que el que veo paso a paso. Ya no te acompaño ¿lo ves?, es el destino quien nos esta acompañando. Has dejado de ser terreno baldío, tus sentires ya no pueden hacer tambalear mis pasos; he recobrado el control, el extrañarte lo he manejado, amarte no va a ser un problema, tampoco me trasnocha tu pasado. 

Tú sigue sintiendo extravagante, sigue cambiando de piel, sigue enredando las frases, de eso no depende mi amor, mi amor depende de mí, de lo que yo pueda sentir al sujetarte entre mis brazos.

19/4/13

A la arena que se hunde bajo mis pies, y la gota que suena de madrugada.
Al sonido de la alarma a las 3, y a mi reloj mental de las 6. A la comida quemada, y los minutos que llego tarde; al maquillaje corrido,  y las camas mal tendidas.

Por el tiempo de media noche que corre mas rápido en invierno, por el frío de madrugada y lo pies que buscan calor; es que se percibe el correr de la sangre, es que se escucha un latir en el pecho, es que tiembla el  cuerpo, es que se abren o cierran los ojos, es que me encuentro aún en pie. Aún en mis silencios, y evasivas, aún con sonrisas, y malos chistes, aún de indiferente y desaparecida; aún así sobre muros de metal construidos a punta de desilusiones y anhelos... sigo en pie, sigo viva. 

4/4/13

Imaginemos

Imaginemos porque ahí esta nuestro lugar, nuestro escondite secreto, imaginemos porque ahí puedes creer; imaginando se te escapan palabras y a mi se me escapan deseos. Imaginemos porque ahí huimos un rato, ahí soñamos, ahí creemos. Imaginemos y creemos otro cuento... soñemos un rato, y encontrémonos en un sueño, uno con nubes de chicle, bichos color tomate, y noches en vela. 

Imaginemos porque ahí te tengo, ahí te beso, ahí me sientes, ahí también sientes; sintamos el vacío extremo y entonces subamos de nuevo. Imaginemos que no caes, imaginemos que te tengo, y si abres los ojos  verás que es cierto. Y aunque sea imaginando, cada sueño será un anhelo, cada beso que te de a escondidas, contará como uno que deseo darte en serio. 

Imaginemos y dejemos de hacerlo, que de tanto imaginar, tengo ganas de llevarte en serio, de taparte los ojos, de fundirme en tus silencios, de rayarte el alma, de leerte un cuento, de enamorarme y de que te enamores, como creo eres capaz hacerlo.

2/4/13

No para encantar

No soy buena para encantar, 
no pretendo que me veas con la mejor cara, 
ni el lado en que mejor se ve mi sonrisa.
No quiero que escuches mis palabras más sabías, o las más oportunas.
No pretendo dejar para mi aquellas cosas que se supone nadie debería admitir, 
ni parecer seria, madura, o inteligente cuando lo que en realidad causas es que se sonrojen mis mejillas, se detenga el aliento en mi garganta y enrede unas cuantas palabras al hablar.

No pretendo mostrarme estable, sobria y muy señorita, 
no quiero encantarte con mentiras sí algún día te vas a desencantar.
Soy lo que soy, soy lo ves... soy nervios cuando sé que miras, 
soy impotencia al escuchar tus no, 
soy pensandote en las noches, en el día, en la madrugada,
soy feliz con tus palabras, soy también feliz en tus silencios.

No soy buena para encantar... tu eres perfecta para encantarme. 

30/3/13

Anjo

Fugaz, capaz que un cuerpo tan chico puede hacerte sentir caer, temblar las piernas, perder. Capaz es el viento de llevarte palabras de amor, capaces serán otros cuerpos de jugar a las escondidas como lo hacía yo, capaz será tu ausencia de recordarme tu compañía, las noches, los maullidos, tus locuras. Capaces serán mis ojos de llorarte mas, de pensarte, de quererte; capaz serás de olvidarme y cuando lo hagas, capaz seré de recordarte, de recordar los rasguños en la puerta, tu mal genio, tus travesuras; capaz soy yo de amar tanto a un ser, un animal, un nombre, una pequeña voz... de aceptarlo tengo que ser capaz, de recobrar las fuerzas, de pensarte en bien, de aceptar tu ausencia no como una perdida si no como un adiós, ¿hasta luego?... quizá siempre fue adiós.