Me has atravesado el alma con tus miradas de cristal afilado; aún
recuerdo esa tarde cuando llamaste actuando con tus palabras mal dichas, tus extranjerismos,
tus disimulos. La bailarina parecía actuar para la música que venia con la
noche, pudo ser real o pudo ser el ron que nublaba mis hemisferios dejando solo
ver tu nombre en pantalla. Salomé ahora has llegado de la misma forma en que te
fuiste, con el aliento a cenizas, la piel en explosión, y el alma envuelta en
vapor.
Escribo para ti aun sabiendo
que estas hecha de muchas mujeres, que has acumulado asfalto, que te has vuelto
predecible. Es preciso contarte que la casa esta un poco descuidada, las
paredes en pocos días quedaron hechas ruinas, pero en el piso dejaste algunas
huellas de cuando te marchaste. Yo tampoco me fije bien en su cuidado a ese
sitio no pienso volver, quedamos oliendo a miedo, perdimos algo de visión.
Si lo notas Salomé verás que
hay una fuerza invisible que me lleva hacia el abismo, que me atrae hacia ti, al
vacío de tu cintura, a tus labios tan devorables, a tu silencio voraz. Me he
vuelto inmune al dolor que causaste, pero sigues siendo mi debilidad latente.
Hago parte de la multitud
hechizada con tus caderas que van por ahí de lado a lado, haces parte de los
murmullos, de los afilados rechazos. Te han deslumbrado con utopías, te
sentiste en lo alto y ahora que lo ves, vas con los pies descalzos; hace un
tiempo te habría dado mis zapatos, pero Salomé de la derrota aprendí que eres tú
quien debe andar sus pasos.
Tus labios siguen siendo un
tobogán sin rumbo y tus ojos un laberinto, pero ahora busco en ellos donde esta
la mujer que se perdía en mi. Ya no pretendo descifrarte Salomé, eres tú la
única responsable de sus actos. Me he liberado de tus cadenas, pero se siente
bien cuando voy de tu lado. Ya no hay sospecha, no hay espera, no hay más
camino que el que veo paso a paso. Ya no te acompaño ¿lo ves?, es el destino
quien nos esta acompañando. Has dejado de ser terreno baldío, tus sentires ya
no pueden hacer tambalear mis pasos; he recobrado el control, el extrañarte lo
he manejado, amarte no va a ser un problema, tampoco me trasnocha tu
pasado.
Tú sigue sintiendo
extravagante, sigue cambiando de piel, sigue enredando las frases, de eso no
depende mi amor, mi amor depende de mí, de lo que yo pueda sentir al sujetarte
entre mis brazos.
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