Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

25/2/09

¿Viajamos?


Leo tus manos, veo marcas, besos, carisias, amor,
puedo sentir el paso de la vida en tu piel,
y en la profundidad de tus ojos se cuelgan fugaces historias,
clandestinamente te vigilo mientras duermes,
espió tus sueños queriendo hacer parte de ellos,
veo como tus parpados caen lentamente
dándote un instante de clandestinidad profundo.

Siento que encontré la casa de mis sueños,
Ahora es cuando debó dejar de viajar,
Porque he encontrado un melancólico puerto,
Y es tan diferente, esta levitando entre nubes de algodón,
Los pajaritos la rodean cantando al ritmo del viento,
Y el sol se filtra por las ventanas con tal delicadeza,
que apenas percibo que es día o noche.

Hemos empezado a flotar,
Cada vez nos alejamos más de los viajeros,
Perdimos el equipaje en algún pueblo,
Y tu ríes como burlándote de esto,
Sujétate fuerte, estamos subiendo,
Alejándonos de la vida mundana,
Descubriendo el lado bohemio.

¿Quieres escapar del sufrimiento?,
Procura sacar las ilusiones de los bolsillos,
Desechar las penas, la tristeza,
y al loco amigo del dolor,
En el camino encontraremos fresas con sabor a alegrías,
Flores con color de esperanza,
Y mares tan grandes como el amor.



© Angélica Paola Muñoz Coderque.

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