Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

11/6/10

Perdona

Quisiera que escucharas tu voz,
que vieras las piedras que caen de lo alto al abismo eterno de la desilusión,
quisiera que por una vez miraras a mis ojos envueltos en mares eternos de tristeza,
que navegaras en ellos y vieras en lo más profundo de mi alma.
Que te asfixies con el humo de la rabia, del dolor,
que hullas y no quieras volver hablar,
quisiera que por primera vez, pensaras en ti y no en mi,
que salieras a correr con la brisa ó con la lluvia,
ó en la tempestad más larga...
que hulleras sin pensar en mi, ó en mi supuesto bien,
que salieras en busca tu felicidad,
porque hace un tiempo ya, nos dimos cuenta,
que tu felicidad no está aquí y que mi felicidad no está contigo.
Quisiera borrar de mis labios tantos cállate,
quisiera escucharte y reír como lo hacíamos en ese abril donde los mangos eran verdes,
quisiera que nos paseáramos entre caras tristes,
y divagar entre los sueños rotos, entre la gente sin alma,
y sonreír en medio del pesar, de la melancolía...
sollozar y mentir acerca del amor,
quejarnos de las risas vaciás, del perdón,
y ser dos idiotas que ríen de tristeza y sufren de felicidad.
Perdona si no te amo, si no quiero vivir contigo,
si ya no me muero de ganas por besarte,
si ya no río contigo...
y ahora me río de ti.


2 comentarios:

Cami dijo...

perdona...

Angie Coderque dijo...
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