Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

21/11/09

INÚTIL

Me veo sentada en una silla vieja color marrón,
tras la ventana puedo divisar un atardecer lleno de nubes,
y el jugueteo que mantienen las pocas gotas de lluvia en mi ventana,
me veo escribiendo torpes canciones que no tienen final,
pensamientos vacíos y llenos de dolor,
ese inútil dolor que no logra salir,
hay días llenos de recuerdos que no logro aceptar,
recuerdos olvidados de tanto recordar.

a veces también me veo plasmada en algún lugar,
con arrugas en el alma de tanto dar y andar,
quiero llegar a una sinfonía en donde el cuerpo no ara mas que vagar,
en donde las penas y alegrías enterradas muy hondo estarán,
en una dimensión discreta y cubierta de oscuridad,
en donde ni los sueños mas profundos se pueden encontrar,
un espacio tan abisal en donde no existe ni el bien ni el mal,
en donde la música no es capaz de hacer a nadie vibrar,
donde los sonidos y sentidos desaparecen en un caos tan profundo
en donde no hay tiempo de mirar atrás.

hace un tiempo ya que no he podido calar
el caparazón inmenso que cubre el alma que ya marchita se deja llevar,
por las palabras de gente y los golpes de desconocidos,
que secuestran el alma con solo hablar.

Recuerdo esas vidas pasadas,
que podían canalizar
las buenas y malas noticias que se aproximan a llegar,
existe un lugar vacío y profundo por el que procuro no pasar,
pero tal es mi pena y desdicha
que sigo siendo arrastrada por toboganes de mantequilla,
que hacen que sea imposible parar.
conozco el dolor y se lo que es llorar,
por eso se muy bien,
que es peor no poder ni reír, ni llorar.



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