Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

29/10/08

Paranoia

Galopa lentamente por la piel
Se derrumba en la punta de los dedos
Se advierten los golpes continuos
Ruidos se evaporan con el tiempo.
Velocidades que atrapan al más raudo,
Figuras que se expanden figurando en el mapa,
Momentos de libertad, pasión, ira, rencor.
Fuego en el rostro, fuego en humo al rozar la piel,
Miradas que resbalan al compas de un lento blues,
Mariposas que danzan resistiendo bajo la lluvia,
Tierra seca abolida por el mostro del sistema.
Recuerdos perdidos, miradas fugaces,
Efectos de sueño, sueños confusos.
Mentiras piadosas, verdades siniestras.
Disculpas triviales, perdón sin olvido.
Juventud extraviada.
Poema de luz,
Zigzag de latidos… paranoia
Descanso y éxtasis.
Felicidad pasajero gratuito, viajero consentido,
Horror, temor, dolor, trinidad necesaria
Vetada y fugaz en la fiesta del tambor.

Autor:Angélica Paola Muñoz Coderque

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