Fue entonces un día, de manos secas de uñas sucias, de cuartos humanos, de corazones y almas, y fue entonces que los enanitos huyeron, cuando al alejarse se sintieron gigantes de cuentos, y perdían el mando de ellos, dejando las puertas abiertas para los recuerdos, para los guerreros, y fue entonces que los enanitos crecieron...

-Angélica M. Coderque-

6/10/08

VISITANTES DE LA NOCHE

Abrimos las ventanas, encontramos los ruidos, los verdaderos ruidos que se destapan en la oscuridad, y si te das cuenta, puedes sentir todo lo que se encuentra adentro, lo que ocultas con el manto del miedo, de la inseguridad. Y si callas y si cierras los ojos te puedes dar cuenta, cada cosa la podemos encontrar, es justo saber que la noche nos descubre, cuando la descubrimos a ella, cuando quitamos la gruesa mascara del reloj que la tapa, y si cruzas los dedos, y si dejas de caer ante el cansancio, y si le das la oportunidad de surgir, te puedes enamorar, del absoluto ruido que inunda los sentidos. Desnúdate ante ella, deja que te lleve a descubrir lo que siempre has tenido en frente, deja que te demuestre que cada objeto tiene vida, que con el sonido no basta, es necesario que te detengas a escucharlo, escucha el llanto de la noche, escucha como ríe, escucha la fiesta que mantienen en secreto mientras todos duermen, ella nos cuida, nos regala la oscuridad nos regala paz, hay que darle vuelta a la hoja, hay entrar en la fiesta con la oscuridad, y bailar con ella, sin parar sin descansar, y dejar que nos inunde con el sonido interno de la calle, y dejar que el ruido de la electricidad se extienda por nuestra piel, olvida el temor y permite que tus bellos se ericen de frio, porque tu sangre sentirá la fuerza de la noche, sentirá que es realidad, sentirá que tiene vida, y fluirá con fuerza. Y cuando respires y expulses el aire, veras el hermoso juego que tienen el aire caliente de tu cuerpo con el implacable frio de la noche, podrás ver que llevas por dentro, y veras como el vapor se va danzando con el viento, y querrás jugar con el.
Ahora mira hacia arriba, mira hacia los lados, mira las calles, ves esos pequeños individuos que salen de noche a jugar con la luz de los postes, ojala pudieras mirar la pupila de tus ojos, como se expande tratando de mirar mas; Pero… porque no cierras los ojos, te darás cuenta que sentirás que descubres mas con los sonidos que con solo mirar, porque así es la oscuridad, no necesita ser observada, solo esta hay esperando que la escuches en su inmenso silencio. Así es dentro del silencio, la oscuridad guarda la agudes de los ruidos, de los ruidos mas extraños, de esos sonidos que con la mas intensa luz pasas por alto; Siendo noctámbulos, juagando a ser gatos, corriendo por las calles, descubriendo que los colores se transforman, destapándote al final, confesándote con la noche, contándole todos tus secretos, y llorando con ella; Y al amanecer, despídete, viendo como el hermoso negro se degrada con el azul profundo, quedémonos hasta que se acabe y sintamos como se marcha con el escándalo mas potente, como despiertan las aves y se despiden agradeciendo por el descanso, y ahora que todos despiertan, transfórmate de nuevo, ríete de la ironía y finge.

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